La historia de María Herrero Machado comenzó de un modo muy emocionante, pero se trata de un bebé recién nacido y no de una aventurera. Aunque será una bonita historia para contar, Mariana Machado, su madre, vivió unos días realmente difíciles. Unos momentos que entre pandemias y filomenas no olvidará nunca.
Mariana se puso de parto el 6 de enero y alumbró el día 7 a la vez que la borrasca Filomena se cebaba sobre Madrid. María llenó de nuevo de alegría y lágrimas el rostro de Mariana, era su tercera hija. Como a muchas otras madres le dieron el alta el día 9 en el Hospital Quirón Salud San José pero esas lágrimas de alegría se convirtieron en lágrimas de preocupación pues no tenía cómo volver a casa. Debió permanecer en el hospital hasta el día 11. El centro estaba desbordado por la situación con el personal sanitario agotado por el esfuerzo, las horas de trabajo y capeando una situación verdaderamente extraordinaria y como ella dice “no quería molestar ni para pedir un biberón para mi hija pasando lo que estaba pasando”.